
Para algunos imposibles, ¿acaso no hay excusa más cobarde que culpar al destino? Hombres y mujeres que se pasan la vida mirando la noche, tratando de encontrar estrellas fugaces que les concedan ese deseo último. Mientras ellos clavan sus ojos en lo alto, la vida pasa a su lado buscándoles la mirada. Sin encontrarla, se aleja para siempre dejando a su paso quemaduras que sólo lavará el tiempo..
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