Apresúrate despacio amor mío,
que la noche reclama nuestra presencia.
Son la calma y sus acordes hoy
el lujo imprescindible que nos arrebata el mundo.
Los recuerdos olvidados, música callada de estos días de luto.
Apresúrate despacio amor mío,
que estos días no te esperan
que este eterno presente
no les mostrará clemencia,
para aquellos que realistas
han pedido lo imposible,
para nuestras simples complicaciones,
para nuestras cicatrices...
que la noche reclama nuestra presencia.
Son la calma y sus acordes hoy
el lujo imprescindible que nos arrebata el mundo.
Los recuerdos olvidados, música callada de estos días de luto.
Apresúrate despacio amor mío,
que estos días no te esperan
que este eterno presente
no les mostrará clemencia,
para aquellos que realistas
han pedido lo imposible,
para nuestras simples complicaciones,
para nuestras cicatrices...
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