Píntame la piel
del color de tu carne.
Manos que se deslizan escribiendo historias
en una dermis ajena.
Labios
que se buscan para borrar las palabras...
Con solo el amague de un abrazo,
el mundo perdió su nombre
y la mujer se derrumbó.
La atajó un cuerpo.
el mundo perdió su nombre
y la mujer se derrumbó.
La atajó un cuerpo.
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