Ya no hace falta murmurarte mis órdenes (casi en voz alta),
es únicamente necesario guiñarte un ojo
y como por arte de magia ya estamos tirados en la cama, desnudos, rompiéndonos la boca en palabras fascinantes,
abrazándonos los muslos en caricias seductoras.
es únicamente necesario guiñarte un ojo
y como por arte de magia ya estamos tirados en la cama, desnudos, rompiéndonos la boca en palabras fascinantes,
abrazándonos los muslos en caricias seductoras.
Es esa una costumbre que te (nos) encanta
y que sí te desayuno a diario, no importa si no hay cena.
y que sí te desayuno a diario, no importa si no hay cena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario