Arder en el pensamiento
mismo de saberte cerca fragua mi deseo,
lo afila y
lo lanza para convertirme en puñal.
(y apuñalarte)
Relamer la rica idea
de probarte de nuevo
agudiza mi hambre, lo sazona
y lo lanza para convertirte en menú.
(Y desmenuzarte)
Hilar la fina intención
de poder abarcarte teje
mi impulso, lo extiende
y lo lanza para convertirme
en red.
(Y enredarte)
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